martes, 22 de mayo de 2012

Estimado(a) ladrón(a):

Estimado(a) ladrón(a), sólo te digo: me robaste la laptop, pero no la sonrisa, con la laptop se fueron mi música, mis fotos, y algunos proyectos; me robaste la tecnología, pero no las ganas de hacerlo todo de nuevo. Además fuiste tonto(a) o bastante flojo (a), porq estando el cargador al lado de la laptop lo dejaste tirado.


Estimado ladrón, sólo espero que hayas robado mi laptop para venderla y que lo primero que hiciste haya sido borrar mis archivos. Al final, además de un daño mi hiciste un favor, porque terminé de abrir los ojos y de cerrar una etapa que hacía tiempo ya quería cerrar.
 
Sólo te digo una cosa más, quien te encubre es igual de delincuente y poca cosa que tú...

domingo, 13 de noviembre de 2011

Buenita

Llevo años viviendo de un mismo estúpido modo. Siendo cortés, respetuosa y considerada, creyendo que porque yo lo soy, los demás tendrán la delicadeza de serlo conmigo. Estúpida, ¿verdad?

Una vez me dijeron: "loca, está bien ser buena, pero no hay que ser buenita". Juro que lo entendí en cuanto lo oí, pero como soy buenita, me ha costado aplicarlo hasta hoy.

Llevo años siendo de tal manera que sólo reporto beneficios para los que interactuan conmigo. Años de ser amable, poco conflictiva, respetando los espacios y lo ajeno. ¿Y me sirvió de algo? Pues no.

Parece que atropellarme se ha vuelto el deporte nacional. Invaden mi espacio, disponen de lo mío, lo que sea, pero ... ¿por qué? ¡¡¡Porque la estúpida nunca se enoja!!!

Si yo respeto a los demás, lo mínimo que puedo exigir es ese mismo respeto para conmigo ¿no?
Llevo años viviendo bajo esa máxima, pero ya me cansé de darme cuenta que no obtendré jamás de los demás la respuesta que espero.

Nadie es como una, y es estúpido pretender que lo sean, ni por compromiso, ni gratitud, ni por amistad ni mucho menos. ¿Se acabaron los días de ser la buenita? Pues sí, ya viene siendo hora.

Si no logro respeto por amistad o por consideración, tendrá que ser porque soy una bruja ¿no? ¿será que ya llegó mi momento de volverme mala y lograr respeto por miedo?

martes, 4 de octubre de 2011

Gente estúpida

Hay personas horribles, y mucho lamento el momento en que entraron a nuestras vidas.

Y por horribles no me refiero al físico, hablo del corazón. Del veneno que les corre por las venas, esperando cualquier oportunidad para convertir lo bello en una horrenda coincidencia.

Hay una lamentable mujercita que pretende dañar a unas de las personas que más quiero. Tiene la raza de culparnos de su suerte, cuando fueron sus propias decisiones las que la llevaron a la madriguera en la que hoy se retuerce.

No voy a enfrentarla porque no voy a bajar al nivel de su callejón. Aún así mis oraciones están con ella porque penosamente - y sólo por lo legal, aclaro - es de la familia.

Escribo esto porque quiero aclarar que nosotros no somos una familia entre comillas, que nuestro afecto hacia ellos es sincero, y que aunque en lo económico no los podemos ayudar, lo hacemos con nuestro apoyo y nuestros rezos.

Valga decir que sus problemas actuales - la falta de dinero y la separación que tanto le duele - ella se los buscó. Berrinche a berrinche se labró ese destino. Qué culpa tendremos los demás.

miércoles, 9 de marzo de 2011

Con vida

- Si ella se salva, vuelvo a creer en Dios - le dijo G. en el hospital a su mamá.

A los pocos días abrí los ojos una vez más a la vida. El último recuerdo que conservo previo a la aneurisma que tuve es un correo electrónico que envié a un compañero de trabajo. Luego dicen que me desmayé y no desperté. Me llevaron al hospital y estuve dormida por casi 2 meses.

Sólo sé resumir esos días diciendo que toda mi familia rezó por mí, mis amigos más queridos, mis compañeros de trabajo, y hasta gente que no conozco o nunca imaginé se unieron a esos rezos. También tengo recuerdos vagos de sueños y voces.

Recuerdo una mañana en el hospital que me toqué la cabeza y descubrí que tenía puntos. Pregunté a mi hermana qué me había pasado; ella me habló de la delicada operación a la que fui sometida, pero no me habló del paro cardiaco ni de la diálisis a la que me sometieron. Estuve a punto de morir, hasta que desperté a una nueva oportunidad de vida.

Una vez que desperté, los ojos se me habrían cada vez más a medida que me iban contando las historias de todo lo que había pasado. Es difícil creer que estuviste tan cerca de morir y que aún así, sigues viva.

Sobrevivir al hospital es una aventura aparte, pero prefiero no recordarlo.

Quiero creer que si me quedé es porque tengo una misión especial, me da un poco de miedo descubrir cuál es.

viernes, 17 de septiembre de 2010

De chuponeos y chuponeados

Estos días han sido un poco de locura. La campaña electoral sí que quita tiempo. Y como no podía ser de otra manera... la campaña sucia se coló hasta en el más escondido rincón de la ciudad. Carteles rotos, insultos, mentiras, trapitos al aire, filiaciones escondidas, pactos bajo la mesa, tránsfugas, pateadas de tablero y hasta chuponeo. Y claro, nada de eso sería posible sin la gentil y fina colaboración de la prensa local ¿no?

El sacudón electoral de la semana fue un audio en el que una candidata se atreve (vaya osadía) a decir en una conversación privada con un viejo amigo (sin hablar de la calidad del amigo porque me da dolor de estómago) que ya estaba harta de la guerra sucia y que si por ella era podían meterse su alcaldía al poto, así con todas sus letras.
Los golpes de pecho vinieron después. Ohhhh la inmoral Lourdes que se atrevió a decir en privado una cosa así. Personalmente yo he dicho cosas peores en un momento de frustración, y que tire la primera piedra quien nunca haya tenido alguna reacción similar en la privacidad de su hogar. ¿En qué estaba? Ah sí, la reprochable candidata que también había sabido soltar ajos y cebollas.

A la noche siguiente un poco ético periodista justificaba su decisión de difundir el audio porque se sintió en la obligación moral de hacerlo porque, a su "entender", era información que le pertenece al elector. ¿¿¿¿Perdón????

Hasta donde sé, una rabieta en la privacidad de tu casa no constituye un delito, fuera cual fuera el motivo. El delito, o mejor dicho, los delitos están en: 1) Pagar por el chuponeo 2) Chuponear y 3) Difundir el audio obtenido ilícitamente.
Yo no sé si el periodista en mención tiene conciencia que al difundir el audio se hacía cómplice de los chuponeadores. Además, no tenía ninguna obligación moral de difundir nada. En el audio no queda en evidencia ningún negociado, ninguna alianza, ningún arreglo, no hay malversación de recursos ni nada que pudiera afectar los derechos ciudadanos.

Que la candidata haga un berrinche en su casa, conversando con su amigo no la descalifica. Ahora, que ella tiene sus cosas y ha cometido otros errores, sí, y muchos. Ya aprenderá que en la vida no se pone las manos al fuego así no más por nadie.

Igual pienso votar por ella. No porque crea que es la mejor opción, - mi mejor opción tiene 1% en las encuestas - sino porque es la única salida que veo para que no gane la "tía buena gente" a la que sus rojos aliados se han de comer con zapatos y todo cuando se sientan con poder. Y porque si la "tía buena gente" gana, ya veo a varios rojos y rabanitos, o peor aún, a varios chinitos y sus secuaces, celebrando su triunfo en las elecciones del próximo año. ¡Tatito!

viernes, 27 de agosto de 2010

Volver

Yo adivino el parpadeo
De las luces que a lo lejos
Van marcando mi retorno...

El fin de semana que pasó, fue sencillamente mágico. Hice la mitad de lo que quería hacer, vi a la mitad de las personas a las que quería ver, pero sentí... sentí muchísimo más del doble de lo que esperaba sentir.

Volví. Volví a mi tierra, a los míos, a mis raíces. Volví, por pocos días, pero allí estuve, aspirando hondo su aire, sintiendo su sol quemar mi piel. Pero sobre todo, estuve con todos ellos, celebrando. Reímos, lloramos, cantamos, brindamos, recordamos...

Recordamos los días de la casa del Vallecito, frente al parque. La única casa del mundo donde comer quaker era un placer, donde había una nave espacial en el techo que había que reconstruir cada domingo, donde había un pequeño hall que para nuestros ojos de niños era un coliseo, donde cada rincón escondía una aventura.

Pero sobre todo, había dos abuelos. Dos abuelos que sabían convertir las lágrimas en risas, dos abuelos que siempre tenían una historia que contar, y dos abuelos que tenían un closet mágico con miles de secretos en el que nunca pudimos entrar.

La vieja calle donde el eco dijo
Tuya es su vida, tuyo es su querer,
Bajo el burlón mirar de las estrellas
Que con indiferencia hoy me ven volver...

Para el cumpleaños 90 del abuelo, sus 19 nietos le regalamos un tango, porque al abuelo le encantan los tangos. Él estaba emocionado, nosotros más. El abuelo siempre fue serio y frío, menos con nosotros. Siempre se deshacía en nuestras manos. Verlo esa noche sentado en su sillón, repitiendo con nosotros las palabras de Gardel, y la sonrisa en sus labios...

No me alcanzan las palabras para explicar esa felicidad, esa nostalgia, esa emoción.

Al terminar la noche, cuando me despedí de él, supo sellar con una sola frase cada sentimiento, cada risa, cada lágrima de ese día feliz: "Me he sentido muy querido", me dijo.
Y sus nietos, bueno, sus nietos llevamos toda una vida sintiéndonos muy queridos por él...

Volver... con la frente marchita,
Las nieves del tiempo platearon mi sien...
Sentir... que es un soplo la vida,
Que veinte años no es nada,
Que febril la mirada, errante en las sombras,
Te busca y te nombra.
Vivir... con el alma aferrada
A un dulce recuerdo
Que lloro otra vez...

miércoles, 28 de julio de 2010

Querido Perú

He pensado seriamente las razones de por qué te quiero. Y te quiero porque sí.

Por tus aromas, tus colores, tus sabores.

Por tu tierra generosa, tus cálidas playas, tus ricas montañas y tu selva profunda. Te quiero por la riqueza que late en tu vientre y por la pobreza que estalla en tus cumbres. Te amo por tu música, tus máscaras y por tus bailes sin zapatos. Por tu carnaval, tu marinera y tus caballos de paso.

Te quiero también por el rojo sangre de tu bandera, por el mar canela en tu cordillera, por el azul intenso de tu cielo.

Por tu historia, por tus poetas, por sus versos. Por tus canciones.
Por los espejos de agua en tu suelo, por tu mar helado, tus ríos y tus nevados.

Por la chicha morada y la chicha de jora.

Te quiero Perú por muchas razones, pero sobre todo, te quiero porque creo en tí. ¿Es extraño verdad? Cómo creer pese a lo que vemos a diario. Los noticieros no son en verdad tu mejor carta de presentación. No voy a enumerar la lista de tus defectos, porque son muchos y son mi día a día, incluso puedo ser parte de ellos. Pero hoy no.

Hoy sólo quería decirte que creo en tí, que me estremece la piel cada palabra del somos libres, porque creo en esa libertad, porque sé que hay un futuro. Sólo hay que cuidar tus pasos. Entonces me pregunto ¿seremos tus peruanos capaces de llevarte por un buen camino? ¡nos hemos ya equivocado tanto! ¿repetiremos la historia?

Dicen que el pueblo que olvida su historia, está condenado a repetirla. Yo la tengo bien presente, pero en verdad... no sé si todos la tengan igual de presente. ¿La tendrán? ¿La tendrán? A veces siento que no. Habrá que hacer que lo hagan... Difícil, pero: yo creo en tí. ¿Crees tú en nosotros?