miércoles, 28 de julio de 2010

Querido Perú

He pensado seriamente las razones de por qué te quiero. Y te quiero porque sí.

Por tus aromas, tus colores, tus sabores.

Por tu tierra generosa, tus cálidas playas, tus ricas montañas y tu selva profunda. Te quiero por la riqueza que late en tu vientre y por la pobreza que estalla en tus cumbres. Te amo por tu música, tus máscaras y por tus bailes sin zapatos. Por tu carnaval, tu marinera y tus caballos de paso.

Te quiero también por el rojo sangre de tu bandera, por el mar canela en tu cordillera, por el azul intenso de tu cielo.

Por tu historia, por tus poetas, por sus versos. Por tus canciones.
Por los espejos de agua en tu suelo, por tu mar helado, tus ríos y tus nevados.

Por la chicha morada y la chicha de jora.

Te quiero Perú por muchas razones, pero sobre todo, te quiero porque creo en tí. ¿Es extraño verdad? Cómo creer pese a lo que vemos a diario. Los noticieros no son en verdad tu mejor carta de presentación. No voy a enumerar la lista de tus defectos, porque son muchos y son mi día a día, incluso puedo ser parte de ellos. Pero hoy no.

Hoy sólo quería decirte que creo en tí, que me estremece la piel cada palabra del somos libres, porque creo en esa libertad, porque sé que hay un futuro. Sólo hay que cuidar tus pasos. Entonces me pregunto ¿seremos tus peruanos capaces de llevarte por un buen camino? ¡nos hemos ya equivocado tanto! ¿repetiremos la historia?

Dicen que el pueblo que olvida su historia, está condenado a repetirla. Yo la tengo bien presente, pero en verdad... no sé si todos la tengan igual de presente. ¿La tendrán? ¿La tendrán? A veces siento que no. Habrá que hacer que lo hagan... Difícil, pero: yo creo en tí. ¿Crees tú en nosotros?

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