lunes, 22 de febrero de 2010

Depa nuevo


Ayer, después de días de espera, pude dormir al fin en mi departamento nuevo. Estoy feliz. La prisa por salir de mi sitio anterior - que en realidad nunca sentí mío - me llevó a una mudanza apresurada en la que los antiguos habitantes aún habitaban el lugar.

Sí. Ocurre que había un acuerdo con mi nueva compañera y sus ex compañeros. Ellos se irían el mismo día que yo iba a llegar, pero ocurrió que faltando dos días para mudarme, avisaron que no habían encontrado otro lugar. Yo no quería quedarme en mi antiguo lugar, ya había dicho que me iba a fin de mes, y no tenía ganas de prorrogar ese plazo. Si hubieran vivido con mi ex compañera entenderían por qué.

Mi nueva compañera propuso una solución: "múdate por una semana al piso de arriba con mis tías, el próximo fin de semana se van y podrás instalarte". El plan se oía genial, una semana era nada. Pero de pronto, 'nada' se convirtió en tres semanas. Tres semanas de vivir en medio de cajas y con una maleta de ropa en la que tenía todo previsto para una semana y tal vez algo más.

Pero todo tiene un lado amable ¿verdad? El lado amable esta vez fueron tres graciosas señoras que tuvieron a bien acogerme mientras 'nada' duraba. Sentí que de vivir con la madrastra de Cenicienta había pasado a vivir con Flora, Fauna y Primavera, pero no en medio del bosque sino que en pleno corazón de Miraflores.

Ayer, cuando iba a visitar a mi familia, la nueva compañera llamó para dar el aviso que tanto esperé: "Se mudan hoy". ¡Gracias nueva compañera, gracias!
Toda la tarde me la pasé bajando bultos y desarmando cajas. Aún quedan muchas más. Queda demasiado por hacer en el nuevo lugar, pero lo rico de todo este asunto es que es mi lugar. Lejos de la bruja malvada y vecina de Flora, Fauna y Primavera.